Un alto para “ver” y dejarse “ver”

Un alto para “ver” y dejarse “ver”

 

 

Con la Semana Santa y en los albores de la

Pascua Florida , los integrantes de los clanes del “tout” caraqueño que no marcaron milla, siguen fieles al “dolcefareniente” y  dan rienda suelta a su imaginación.

Los que como Cabré aman subir a El Avila, comenzaron con el inicio de la Semana Mayor una peregrinación que los llevó al más intrincado vientre del cerro desde el que se divisa toda la ciudad de los techos rojos.

A esta comitiva se unen siempre – entre otros –  TotóGalavís y Merchi de Galavís, Luis Ignacio Rojas Villafrade y María Cristina Parra Jara de Rojas,  José Grgeorio, su esposa e hijas;  Asunción Montanaro; Guido Tassini y la muy carialegre Lilian Bensayán de Tassini;  Carlos Enrique Olivieri García y Yulibel de Olivieri y sus hijos Danel y Sofía;  DetlefSalge y Carmen María Ravelo de Salge; Carola Blanco, que recién retorna de su viaje a China, al que promete retornar de nuevo.

El pintor Onofre Frías, su esposa  y su hija, son otros de los que se echan una escapada  al cerro para consentirse un mucho y a pulmón abierto.

Entre tanto, en Mérida Sonia Rincón -¡Epa! – estrena un refugio que causa verdes envidas. Allá en Taby, donde terminan las estribaciones de Mérida, en un rincón bucólico acaba de montar un chalet que parece de película. La bella “gocha” disfruta además de un paisaje de ensueño de un entorno de amistades que le es de un suyo muy especial.

En Mérida también, haciendo un alto para el quehacer hogareño y el dolcefareniente, Carlos Alfredo Porras Arreaza, su esposa e hijos; Oscar Dávila Febres,  Gaby Picón, su esposa e hijos; y también la bella Marisol Carrero Nécker, Armando  Parra, y de allí ¡hasta el infinto!

 Por: Ramón Darío Castillo

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