Efemérides de Venezuela el 23 de septiembre

Efemérides de Venezuela el 23 de septiembre

Nace  el General Lino de Clemente

El 23 de septiembre de 1767 nace en el pueblo de Petare el prócer Lino de Clemente y Palacios. Desde 1786 hasta 1800, fue Guardiamarina, Alférez de Fragata, Alférez de Navío y Teniente de Fragata en la Armada Real Española. En 1810 fue nombrado por la Junta Patriótica Secretario de Guerra y Marina y ascendido a Capitán de Fragata. Elegido como representante de la provincia de Caracas para el Congreso que se instaló en 1811, tuvo la gloria de firmar el Acta de la Independencia y la primera Constitución de la República. Ascendido a Capitán de Navío, Miranda le nombró Comandante General de los Cuerpos de Artillería y Marina, el 4 de mayo de 1810 la Junta Suprema de Caracas lo designa Secretario de Marina y de Guerra, cargo que en la actualidad corresponde al de Ministro de la Defensa, (por lo que podemos decir que Lino de Clemente fue el primer Ministro de la Defensa de Venezuela), y en 1813 el Libertador le distinguió con el mismo nombramiento, y pasó al Ejército Libertador en 1814. El mismo año fue nombrado Inspector General del Cuerpo de Artillería y Marina y, Agente Extraordinario ante el Gobierno de Su Majestad Británica. En el mes de mayo el mismo año ascendió a General de Brigada. En 1819, fue nombrado Mayor General de la Marina Nacional, y con tal carácter actuó en las provincias de Santa Marta y Cartagena en abril de 1821. Desde Santa Marta organizó los buques que habían de sitiar a Cartagena. En 1821, era Comandante en Jefe del Departamento del Zulia. Durante cinco meses combatió a las tropas de Morillo, ubicadas en los Puertos de Altagracia y Misca. En Carache destrozó a Morales y Calzada. En 1825, era Comandante Militar de la provincia de Caracas, y en abril del mismo año, Ministro de la Corte Marcial de la República. El 11 de agosto de 1825, fue nombrado Comandante General de la Escuadra de Operaciones que debía formarse en el tercer Departamento de Marina. En marzo de 1826, se le designó Secretario de Estado en el Despacho de Marina. El 24 de noviembre de ese mismo año fue ascendido a General de División. En diciembre de 1826, se encargó de la Comandancia General e Intendencia del Departamento del Zulia. El 21 de junio de 1827, se encargó de la Comandancia de Armas de la provincia de Caracas, y el 1º de julio, de la Presidencia de la Comisión de Repartimiento de Bienes Nacionales. En agosto de 1829, ocupó los cargos de Prefecto del Departamento de Caracas y Director General de Rentas de los de Venezuela. Por motivos de salud se retiró a la vida privada el 6 de enero de 1830. Murió el 17 de junio de 1834.

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Nace Fermín Toro

Nació en el Valle caraqueño, probablemente el 23 de septiembre de 1807. La fecha exacta no ha sido posible fijarla. Su verdadero maestro es el padre Benigno Chacin, párroco de El Valle, a partir de 1814. además de enseñarle música y adiestrarlo en el violín, contribuye también a formarle una definitiva personalidad. La sólida cultura que adquiere se la da él mismo. La guerra de la Independencia, en medio de lo cual vivió su infancia y juventud, no le permitió acudir a centros de estudios. Además, el padre Chacín ya no estaba a su lado porque la familia Toro se radicó en Caracas en 1817. Sin embargo se empeña en leer a los escritores clásicos y a estudiar filosofía e idiomas, es decir, a darse una formación humanística. Toro viajó a Margarita con un cargo del Ministro de Hacienda y en 1831 fue electo por esa provincia Diputado al Congreso Constituyente. En dicho Congreso se consagró como orador y como patriota de acendrado fervor bolivariano, en momentos en que el nombre de Bolívar se pretendía echar al olvido. En 1839 viaja a Londres como Secretario de la Legación a cargo de Alejo Fortique. Su estancia en esta ciudad inglesa la aprovecha para cimentar más su cultura. Aquí estudia con más método y vive muchas experiencias que anotará en su haber. Luego completa una visión por otros países de Europa y a poco de regresar de Venezuela en 1842, el Gobierno Nacional le encarga escribir una descripción de las honras públicas decretadas como motivo del trasladado de los restos del Libertador a Caracas. Una de las piezas que demuestran la integridad y los vastos conocimientos de Fermín Toro, es su “Reflexiones sobre la Ley del 10 de abril de 1834”, Ley que él mismo firmó como Presidente de la Cámara de Diputados y en la que se decretaba la libertad de contratos en el comercio, con el interés que quisiese el contratante. En esta pieza, Toro se revela como un liberal en materia de economía. Asienta que “en vano se pretende tras del velo de la libertad, ocultar una inmoralidad de un contrato usuario, o de una maniobra con los capitales que perturben repentinamente la circulación”. En otro párrafo dice: “la libertad no es el fin de la sociedad y que como medio o facultad debe estar subordinada a la igualdad necesaria que es el objeto principal de la asociación; la libertad que se ejerce por algunos con daño de los otros, es tiranía, es iniquidad, porque rompe la armonía y viola la igualdad”. Arturo Uslar Pietri, citado por J.A. de Armas Chitty (Fermín Toro y su época), dice con respeto a esta Reflexiones de Toro: “Aquel sermón es el vivo retrato del estado social del país en su época. No hubo por entonces en Hispanoamérica análisis más penetrante y más exacto de la vida social y económica”. En 1844 actúa Fermín Toro como Ministro Plenipotenciario en Bogotá, para tratar el asunto de límites con Colombia; por razones diversas, ajenas al mismo Toro, fracasa su gestión, aunque es digna de estudiarse toda su doctrina al respeto. Donde sí tuvo éxito fue en Madrid, al canjear satisfactoriamente las ratificaciones del tratado de reconocimiento de la independencia de Venezuela en 1846. Fermín Toro está en el congreso, como representante por Caracas, cuando el doloroso atentado del 24 de enero de 1848. El Presidente Monagas, que decía que la Constitución sirve para todo, ordena a los diputados y senadores que vuelvan al Congreso. Al hacerle saber esta orden a Toro, contesta: “Decidle al General Monagas que mi cadáver lo llevarán pero que Fermín Toro no se prostituye”. Desde entonces no aparece más en la escena pública, hasta 1858 en que triunfa la revolución de Julián Castro contra Monagas, y Fermín Toro es nombrado Ministro de Hacienda, y más adelante Ministro de Relaciones Exteriores, justamente cuando se discutía el enojoso problema del Protocolo firmado por Urrutia, por el que paso Venezuela se vio en situación crítica con gobiernos extranjeros. El 5 de julio de 1858 se reúne en Valencia la convención Nacional y Toro es electo Presidente de la misma. Allí con el juego de su oratoria, deslumbra a los asambleístas; les habla con valor en defensa del protocolo y ante un auditorio contrario a Monagas, se atreve pedir perdón para el caudillo oriental. Finalizada la convención, y ante la presión de los federales y un oscuro arreglo entre Julián Castro y Falcón, Toro decide escapar a Curazao. En 1860 está Fermín Toro nuevamente en Madrid en representación diplomática para arreglar como electo arregla exitosamente, el problema suscitado con España por la participación de algunos canarios en la Guerra Federal. Agravado de pronto por un mal incurable, el destacado tribuno muere en Caracas en 1865.

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