El príncipe Harry y la actriz norteamericana Meghan Markle, ya son marido y mujer. La célebre capilla St. George en el castillo de Windsor ha sido escenario de la boda del año.
El novio, hijo menor de la inolvidable Lady Di, llevó el uniforme de gala militar, al igual que su hermano el príncipe William.
Meghan llegó acompañada de su madre, entró sola y caminó hacia el altar acompañada por su suegro el príncipe Carlos de Inglaterra, ante la ausencia de su padre, quien por problemas de salud no pudo asistir a tan importante evento y momento de la vida de su hija.
La gran duda del día era saber quién diseñaría el vestido de la novia, la escogida fue la diseñadora británica Clare Waight Keller, directora artística de la casa Givenchy. Un vestido de mangas largas con cuello en barco, líneas simples que caracterizan a la hoy duquesa de Sussex y en color blanco, recordemos que también era duda si Meghan al ser divorciada usaría o no este tono.
Nuestra Editora y también Asesora de Imagen Be Frías, destacó el maquillaje de Meghan Markle, catalogándolo de «naturalmente chic», totalmente hermoso, moderno y adecuado.
Entre los invitados mucha elegancia, de lo cual les hablarémos próximamente.
Felicidades a los nuevos esposos.
