Entrevista a la Dra. Ángela Cruz de Quintero, la medicina venezolana con cara de mujer

Entrevista a la Dra. Ángela Cruz de Quintero, la medicina venezolana con cara de mujer

La valía de la mujer venezolana siempre se evidencia en cada uno de los rostros que componen este maravilloso país, en diferentes roles, la labor siempre bien hecha es significado de superación y metas cumplidas.

Una de esos rostros de grandes mujeres venezolanas es sin duda la Dra. Ángela Cruz de Quintero, una de las primeras mujeres médico que tuvo Venezuela. Hoy tenemos el gusto y honor de traerles este agradable encuentro con ella.

¿Cómo se siente de haber sido una de las primeras mujeres profesionales de la Medicina en Venezuela?

-El haber culminado los estudios de una carrera tan larga y difícil, en una época en la que era inconcebible que una mujer y, además casada y con dos hijos, sentí un inmenso orgullo y una extraordinaria satisfacción, rayando en vanidad, una mujer realizada y convencida de que las grandes hazañas se logran cuando te armas de tenacidad, fuerza de voluntad, una firme determinación de saltar todos los obstáculos y luchar contra todos los prejuicios. Era tal el asombro en la Universidad, que las mujeres que estudiábamos éramos clasificadas en dos grupos: mujeres y estudiantes de Medicina.

¿Con cuánta satisfacción se ve eso con paso del tiempo?

-A medida que pasa el tiempo, y ya en el ocaso de mi vida, siento que la mayor  y mejor decisión de mi vida fue la escoger como profesión, la ciencia más sublime, la Medicina, y esa satisfacción se vio exacerbada cuando mi hijo, sin que haya habido de mi parte ni siquiera una subliminal insinuación, también siguiera el camino de Esculapio.

¿Qué la llevó a estudiar Medicina?

-Desde mi temprana adolescencia, estudiando el 2° año de bachillerato, habiendo atisbado la existencia sutil de desigualdades sociales y problemas de subsistencia en un gran porcentaje de la población de mi terruño, y ya incursa en la política, asumí que el profesional de la Medicina, el médico, era un líder nato de las comunidades, pues como un sacerdote, podía penetrar sin percibirse, lo más íntimo del ser humano, su alma, aun cuando el paciente solo consultara por algo orgánico, en el trasfondo, sin saberlo el propio paciente, lo que provocaba dicho mal tenía su origen en algo que laceraba su yo interno.

Si no hubiera sido médico ¿qué profesión habría escogido?

-Hubiera escogido la profesión de Médico.

Cuéntenos de las dificultades que afrontaba en ser una mujer médico a mediados del siglo XX ¿se sentía alguna diferencia en el recibimiento por parte de los pacientes?

-No sé si fui la excepción, pero nunca sentí algún rechazo, antes por el contrario, en mi último año de estudios, fui uno de los estudiantes que examinábamos a los hombres aspirantes a policías para determinar si reunían sus condiciones físicas  para ser aceptados como tales, quienes siempre manifestaron  su satisfacción y respeto. En cuanto al sexo femenino, las mujeres decían sentirse más comprendidas y sin reservas para narrar sus dolencias.

 ¿Y en el trato de los superiores?

-Siempre fui tratada con respeto y con gran admiración

¿Qué le pudo resultar más difícil en la Venezuela de aquel entonces, ser una mujer médico o una mujer político?

-La política, no más difícil, pero si más controvertida.

Es ex presidenta de la Federación Médica Venezolana y  ex presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados ¿Cómo se traducen esos grandes logros?

-Cuando lanzo mi candidatura para ser presidente de la F.M.V., hace ya 35 años, se crearon muchas expectativas  y en el sector conservador,    quizás machista, del gremio médico se alimentó la incertidumbre acerca de la capacidad de la mujer para alcanzar grandes conquistas que directivas anteriores, constituidas solo por hombres, habían luchado sin lograrlo, pero esa duda se desvaneció en el trascurrir de mi Presidencia con la firma de los primeros contratos colectivos con el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y con el Instituto de Previsión y Asistencia Social del Ministerio de Educación, con el pago de intereses sobre las prestaciones sociales a los médicos que trabajan en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, con la construcción de la Sede de la F.M.V., con becas para médicos, entre otros muchos logros, conquistas éstas, tan importantes, que al final de mi gestión, recibí un voto de aplauso del gremio médico nacional, con lo cual las puertas del gremio médico quedaron abiertas a la participación de la mujer, sin embargo, sigo siendo la única en llegar a esa posición y se pudiera decir, que para mí fue el trampolín para llegar al Congreso.

En el Congreso no fue diferente. Las dudas sobre la capacidad de la mujer para el desempeño de funciones legislativas existían, pero mis logros en la F.M.V. fue mi carta de presentación para conjurar esas dudas, lo que me permitió llegar a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, donde se redactó la Ley sobre Transplante de Órganos y Materiales Anatómicos en Seres Humanos, demostrando una vez más la competencia de la mujer para ocupar cargos de importancia en el devenir del país. Es de hacer notar que para ese momento éramos pocas las mujeres en el Congreso y de esas pocas, yo era la única Médico

¿Qué actitud ante la vida hace falta para lograr tan importantes metas?

-La convicción propia y la tenacidad.

¿Alguna anécdota que nos pueda contar durante tantos años ejerciendo tan noble profesión?

-Cuando estaba haciendo el postgrado de Ginecología y Esterilidad Matrimonial, un profesor y Jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Carlos J. Bello, el Dr. Víctor Benaim Pinto, un profesor muy severo y a quien los alumnos le temían, estábamos en pabellón haciendo una laparoscopia y al tocarme el turno de ver el interior del abdomen a través del lente del aparato, una suerte de microscopio con un lente único, me acerco y miro con el ojo izquierdo y él me pregunta: “¿Ud. ve por el ojo izquierdo?” y yo sin pensar, le respondí: “¡No! Con los dos”. Él no me respondió, pero mis colegas compañeros me dijeron: ¡¿Cómo te atreviste?!…

La Dra. Ángela Cruz de Quintero

¿Qué la inspiraba y qué la inspira cada día?

-El éxito de mis hijos y el progreso y prosperidad de mi país

¿Qué consejo le daría a aquellos jóvenes que desean  dedicarse a la Medicina?

-Ante todo, tener la seguridad de que esa es su verdadera vocación, pues el ejercicio de la profesión conlleva grandes sacrificios. Además, tener siempre presente que en el ejercicio profesional, lo único que importa es el paciente, su entorno familiar y ambiental. Que la Medicina es la ciencia del dolor y nunca puede ser utilizada con fines crematísticos. Que lo más grande de la Medicina es que es un Apostolado.

 ¿Y a los médicos que actualmente ejercen en el país?

-Que la observación desde que el paciente entra al consultorio, y el interrogatorio, reportan, aproximadamente, el 60% del diagnóstico, por lo que es de suma importancia dejar hablar al paciente, hasta de las cosas cotidianas, oyéndolo con mucha atención y el resto lo reporta el examen físico. Y que los exámenes complementarios, solo deben ser tomados como auxiliares. Es importante la permanente actualización para estar al tanto de los avances de la ciencia y muy importante, tener siempre presente el “Código de Deontología Médica” en el desempeño profesional.

La Dra. Ángela Cruz de Quintero junto a su hija Helga Quintero Cruz

Una frase para los lectores de la Revista TODO LO CHIC.

Me siento muy complicada y obligada de haber sido considerada para esta entrevista por esta tan prestigiosa revista digital, que abarca un amplio abanico de temas que satisfacen el gusto de muy disímiles y exigentes lectores. Vaya para ustedes mis deseos para que sigan con el éxito que las ha venido acompañado en esta difícil tarea y mis más sinceras felicitaciones por el alcance logrado por  “la Revista Todo lo Chic” en tan, relativamente, corto tiempo y, que segura estoy, seguirá expandiéndose, conquistando nuevos lectores.

Por: María Beatriz Frías-Muñoz

@befriasm

| Fotos cortesía.