Son un espectáculo que merece la pena contemplar. Los cerezos en flor japoneses animan año a año a miles de turistas a sacar sus cámaras e inmortalizar el precioso instante en que el paisaje se tiñe de blanco y rosado. El «sakura» –nombre que recibe en Japón la época en que florecen estos árboles– es un momento para estar en familia y rodeado de amigos, donde la tradición anima a sentarse a la sombra de sus ramas para dar la bienvenida a la primavera.