Hace 50 años María Antonieta Cámpoli, o sencillamente “La Cámpoli”, con escasos 16 años de edad y sus 92-62-92 de medidas corporales deslumbró al país, cuando ganó el título de Miss Venezuela 1972. Han pasado cinco décadas, y su belleza se convirtió en un mito, que aún genera admiración y cariño entre los venezolanos. Tanto fue su magnetismo y popularidad que hasta una yegua pura sangre fue llamada con su nombre en su honor.
DeMisses, rinde homenaje a la icónica e inolvidable reina, de 1,74 m de estatura, ojos claros y pelo castaño. En sus 50 años de reinado, a través de esta entrevista.
María Antonieta Cámpoli Prisco, nació el 9 de octubre de 1955, en Isola del Liri, pequeño pueblo italiano de la provincia de Frosinone, en las cercanías de la milenaria Roma. En marzo de 1959, sus padres Luigi Cámpoli Chiachio y Luisa Prisco de Cámpoli, decidieron emprender su viaje en barco para llegar a Venezuela y fijar residencia en ella. María Antonieta contaba con 3 años y medio de edad. Años después nacieron sus hermanas Gladys y Claudia.
María Antonieta, antes de comenzar a hablar sobre el Miss Venezuela, nos puede contar cómo fue tu infancia o que recuerdos mantienes de tu niñez
Bueno comienzo diciendo que mi familia era muy unida, amorosa y conservadora. Antes de llegar a Venezuela con mis padres, ya ellos tenían algunos hermanos y familiares aquí. Desde pequeña siempre me gustó mucho la guitarra, aunque no aprendí a tocarla del todo bien. Al igual que el piano que lo estudié durante un año. Mi mamá siempre decía que de chiquita era muy lista, muy inteligente y avispada. Que a los 2 años ya sabía escribir la letras “o” y la “i”.
Que era muy coqueta, que me peinaba mucho frente al espejo. Que me pintaba y le destrozaba su pintura de labios. Que era muy inquieta, que no me cansaba así de fácil, que me la pasaba encaramada en un árbol, una reja o silla. También que me gustaba mucho jugar con el “hula up”.
Mi madre que era maestra en el Colegio Américo Vespucio, así como decía que era lista e inteligente. También decía que era muy tremenda. Que era el terror de mis compañeritos de clase, pues le pegaba a todo el mundo.
Como estudiante me otorgaron un diploma especial como una de las mejores al terminar la primaria y otro cuando termine el tercer año de bachillerato.
En la adolescencia les ocasioné cierta preocupación a mis padres, cuando quería una moto. Siempre le decía mamá cómprame una moto, si lo haces seré la mujer más feliz del mundo. Recuerdo que un amigo del edificio donde vivíamos en Colinas de Bello Monte, me prestó la suya. Les dije a mis padres “Fíjense que yo la se manejar”, di tres o cuatro vueltas, pero después perdí el control y me estrellé contra la puerta de vidrio del salón de fiesta. La gracia me valió una herida y 19 puntos de sutura en la mano. Pero en conclusión fui una niña feliz, aplicada y llena de amor.
¿Cómo llega María Antonieta Cámpoli, al Miss Venezuela 1972?
Por casualidad, todo comenzó una tarde que llegué del liceo, donde estaba estudiando quinto año de bachillerato. Me cambié de ropa y me fui a escondidas de mis padres, caminando a “Le Drugstore” que era una famosa fuente de soda ubicada en el Centro Comercial Chacaíto, y también para visitar algunas tiendas entre ellas “Pinky Punky”, que vendía ropa juvenil muy bonita. Esa tienda era atendida por una amiga de mi mamá que me presentó ante Osmel Sousa y Antonieta Scannone, quienes se encontraban en ese momento ahí. Ella les dice “Esta es la muchacha que yo te decía que me gustaría que concursará para Miss Venezuela”. Osmel me pidió que caminara, me vio de arriba hacia abajo, arrugó la cara y me dijo niña te quieres inscribir en el concurso. Le respondí que sí, pero que llamaran a mi mamá y que no le digieran que estuve por el Centro Comercial.
-Cuando regresé a la casa se lo conté primero a mi mamá, ella dijo que no. Aunque no le desagradaba la idea de participar. Pero el problema mayor era mi papá, que dijo no sin escuchar mis argumentos. Mi familia era muy conservadora, muy unida y todo eso era algo “fuera de lo común”, para ellos.
Pero fue tanta mi insistencia, también la de Osmel y Antonieta que hablaron hasta con mi abuelo, mis tíos, etc. Después de esa especie de “Consejo de Familia”, valió más mi perseverancia que los argumentos adversos, logrando así la aprobación de mis padres y familiares.
¿Antes del Miss Venezuela había participado en algún Certamen de Belleza?
Ay no, nunca pensé en eso. Aunque suene a chiste de chiquita era muy fea y flaquita, la verdad muy feíta. Muchas veces mi mamá contaba que ella, le preguntaba a mi papá por qué Antonieta habrá salido así. Pero papá tenían fe y esperanza que todo iba a cambiar. Siempre le respondía, quédate tranquila ella, mejorará cuando crezca.
¿Por qué decidió representar al estado Nueva Esparta?
Aunque no había tenido la oportunidad de conocer personalmente ese estado. Yo siempre me sentí atraída por esa región, me gustaba como sonaba su nombre “Nueva Esparta”, desde que estudiaba. A parte para esa época la publicidad que tenía para promocionarla turísticamente era maravillosa era llamada “La Perla del Caribe”. Por ese motivo solicite ser Miss Nueva Esparta.
A través del concurso fue la primera vez que conocí ese estado, porque el Gobernador nos invitó a todas las misses, para disfrutar unos días allá, en Margarita.
Igual pasó que fuimos invitadas al Estado Zulia, para cumplir compromisos en Maracaibo.
¿Desde que se inscribió en el concurso, siempre fue la candidata de Osmel Sousa?
No, cuando yo llegué la candidata de Osmel era Miss Guárico — Marilyn Plessman. Pero no sé qué problema paso entre ellos. Que después él me dijo niña yo te voy ayudar a ti, para que seas Miss Venezuela.
Usted siempre fue considerada una de las favoritas para ganar el Miss Venezuela, ¿Qué sintió al escuchar su nombre como la reina nacional de la belleza, la noche del miércoles 12 de julio de 1972?
Sorpresa una gran sorpresa, porque yo concursé no pensando en que iba a ganar. Esa noche participé emocionada, tranquila y segura que iba a quedar en el cuadro, eso sí. Porque la favorita para ganar era Amalia Heller, Miss Sucre y luego seguía Marilyn Plessman. A mí la prensa me ubicaba para el segundo o tercer lugar. Pero al final gané, no sé cómo pero gané con 194 puntos.
¿Qué nos puede decir como anécdotas de esa noche tan linda?
-Esa noche cuando era el show musical con un grupo llamado “Los Cuatro de Chile”, entraron a la fuerza un “Grupo de Feministas”, de la Universidad Central de Venezuela. Esas mujeres estaban muy bravas, con megáfonos llegaron haciendo ruido y consignas de odio contra el concurso y nosotras las misses. Se montaron en la pasarela y desfilaron con sus pancartas en las manos también alusivas en contra del concurso y destruyendo el decorado del escenario.
-Tanto los miembros del jurado como el público presente estaban asustados, que las feministas los fueran a agredir.
-Osmel, asustado me agarró por un brazo y me dijo metete al camerino, que llegaron unas mujeres enfurecidas y te pueden hacer daño, arañar la cara, romper el vestido y no vas a poder concursar.
-El concurso se detuvo unos minutos, mientras las personas de seguridad retomaron el control y la elección prosiguió con normalidad.
-Las barras más grande y ruidosas eran las de Amalia Heller, Marilyn Plessman y la mía.
-Otra historia de la cual me enteré 50 años después a través de una reunión que tuve recientemente con Amalia Heller. Fue que ella, sabía que yo, iba a ganar cuando me vió los zapatos que utilicé en el desfile en traje de gala que fueron en color beige. Amalia me contó que esa noche se dijo que la que usara zapatos de ese color, era la que iba a ganar. Efectivamente recordando yo fui la única que uso los calzados de ese color, porque los de mis compañeras fueron en color negro y otros en blanco.
-La marca patrocínate de los zapatos fue Calzados Nardi, nos dieron 3 pares, el de traje de baño, el de la presentación a la prensa y para el desfile en traje de gala.
-El Baile de Coronación se realizó en el Gran Salón del Hotel Caracas Hilton, a beneficio del Círculo de Cronistas Sociales de Venezuela.
¿Quién la maquilló y le confeccionó su traje de gala?
Mi maquillaje el día de la elección lo hizo la maquilladora internacional, Isbelia Coro.
El cabello me lo armaron con un peluquín, los estilistas de la peluquería Nic y Mario.
En cuanto al traje de gala fue en color rosa coral diseño de Carolina Herrera, y la confección estuvo a cargo de Guy Meliet. Elaborado con Telas Sudamtex.
Los zarcillos eran de Carolina Herrera, que le dijo a Osmel tengo unos zarcillos que le quedan perfectos a María Antonieta, con ese vestido. Los utilicé sin imaginar que sería la primera Miss Venezuela, en iniciar el mito de los famosos zarcillos mágicos.
¿Qué premio ganó en el Miss Venezuela?
-Un carro Camaro, que me dieron en la Automotriz Venezolana C.A., que estaba ubicada en la Av. Nueva Granada. Por ser menor de edad, el carro lo manejaba mi papá.
-El pasaje para viajar con un acompañante a Puerto Rico, donde se realizó el Miss Universo.
María Antonieta, se te cuestionó por haber nacido en Italia, ¿Es verdad que te nacionalizaron en horas para que pudieras participar en el Miss Universo?
No, eso es falso. Antes de inscribirme en el certamen, estaba cursando el último año de bachillerato y me encontraba tramitando mis documentos para satisfacer los requisitos que me exigían para preinscribirme en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela.
Vas al Miss Universo en Puerto Rico. ¿Qué recuerdos llegan a tu mente?
-Viajé con pasaporte diplomático emitido por el Gobierno de Rafael Caldera. En compañía de Telma Acosta Rubio, esposa de Edwin Acosta Rubio (Dueño del MV), y mi papá. Llegamos al Hotel Cerromar Beach. Ese día en la noche mi papá me dice Antonieta vamos a conocer a todas las misses que han llegado. Cuando vio a Miss Australia – Kerry Anne Wells, me dijo quiero que te sietes a su lado y hagas todos sus movimientos, ella va ser Miss Universo y así fue. Mi papá en ese momento fue visionario.
-Días después llegaron Osmel Sousa, Antonieta Scannone e Isbelia Coro la maquilladora.
-Desde que llegaron Osmel, Antonieta e Isbelia, yo me levantaba súper temprano y me iba a la habitación de Antonieta Scannone, donde también estaba hospedada mi maquilladora Isbelia Coro, la cual se encargaba de maquillarme y peinarme. Así lucia maravillosa y espectacular desde que comenzaban nuestras actividades.
¿Quién fue su compañera de cuarto en ese certamen?
Miss España – María Del Carmen Muñoz Castanon, una chica tranquila, alegre le gustaba era dormir. Ella creo que disfruto más durmiendo que el concurso. La verdad fue buena compañera.
¿Qué traje típico y de gala usó en el Concursos? ¿Quién se los diseñó?
El traje típico, fue una sencilla pero hermosa fantasía llanera. Diseño de Osmel Sousa y Confección de Guy Meliet. En la cabeza llevaba un tocado de orquídeas naturales, que caían como cascada en el cabello.
Por cierto Harold Glasser, Presidente del Miss Universo quedó fascinado con ese traje típico, le gusto tanto que me lo pidió y se lo obsequie. Gesto que no le agrado a mi mamá, quien se molestó conmigo por haberlo regalado.
En cuanto al vestido de noche lleve dos, el que use en el Miss Venezuela y el otro era del diseñador italiano Pino Lanchetti, que era color verde botella, aunque en las fotos y televisión se veía color negro. Recuerdo que horas antes de que comenzara la elección de Miss universo, en mi cuarto se debatían cual vestido debía usar. Mi papá quería que desfilara con el rosado, él decía que me hacía lucir mejor, pero Osmel y Antonieta Scannone decían que no, tienes que desfilar con el verde que es más elaborado. Al final desfile con el verde a lo que mi papá me decía después, definitivamente tenías que ponerte el rosado que era más alegre más de show. Bueno no importa así paso y así quedó…
¿Qué premios ganó al ser la Segunda Finalista del Miss Universo?
Un trofeo de plata, bien pesado por cierto. También me dieron un par de guates largos de fiesta con ampliaciones en pedrería, que nos regaló una tienda patrocínante a todas las finalistas.
Premio en efectivo para ese año no dieron.
¿Qué momentos han sido significativos para ti, por haber ganado el Miss Venezuela?
-Comienzo con ese inolvidable día miércoles 12 de julio de 1972, que cambio mi vida por completo. Deje de ser la niña de la casa, para convertirme en “La Campoli, la reina de Venezuela”.
-Cuando regrese a Venezuela del Miss Universo, me impacto mucho el recibimiento que me dieron los venezolanos presentes en el Aeropuerto. Me hicieron sentir como si era la “Reina Elizabeth de Inglaterra” o “El Presidente del País”.
-Cuando le di la bienvenida al país a Kerry Anne Wells, Miss Universo 1972. Que aceptó la invitación que le hice a través de OPPA, Publicidad los dueños del Miss Venezuela. La vedad que la prensa y los venezolanos se portaron a la altura nos hicieron sentir que éramos unas reinas de verdad.
-Después del Miss Universo, seguí recibiendo invitaciones a otros países como Miss Venezuela, recuerdo que viaje en compañía de mi papá a República Dominicana, fuimos recibidos con honores por el presidente de ese momento Joaquín Balaguer. En ese viaje me regalaron una escultura tallada en piedra ámbar.
-En ese viaje a República Dominicana, Mariela Pérez Branger y su esposo el empresario dominicano José María Vicini Cabral, nos recibieron en su casa, donde realizaron una hermosa cena en mi honor.
¿Qué recuerdos conservas de tu reinado como Miss Venezuela 1972?
En un rincón de mi casa, el cual llamó la esquina caliente guardo el trofeo de Segunda Finalista que gané en el Miss Universo, el trofeo de Miss Nueva Esparta 1972, que me dieron el día de la presentación a la prensa. Tengo la banda de Miss Venezuela y una escultura que me hizo el famoso escultor venezolano R. López.
Esa esquina representa lo importante que significa para mí, como mujer y venezolana haber representado a nuestro país en el mundo entero.
En cuanto a los vestidos, el rosado del Miss Venezuela se lo regalé a Osmel, el verde botella que desfile en el Miss Universo fue devuelto a Beatriz Uzcategui.
¿Qué pasó en la vida de María Antonieta Campoli, desde que entregó la corona de Miss Venezuela?
Gracias al Miss Venezuela, se abrieron muchas posibilidades laborales inicialmente en la televisión donde trabajé para los canales más importantes como Radio Caracas Televisión y Venevisión. Para la industria del cine trabajé en tres oportunidades: “Le Sauvage”, donde fui la contrafigura de Catherine Deneuve. Luego realicé “El vividor” y finalmente “300 mil héroes”.
Me gradué de Locutora. Fui modelo e imagen publicitaria de innumerables marcas comerciales.
En 1976, me casé por primera vez con un hombre influyente europeo de familia noble, del cual me divorcié 10 años después. Luego de algunos años me casé y divorcié por segunda vez.
Gracias a mi padre me convertí en una mujer de negocios y empresaria. En sociedad con él, tuvimos una empresa de construcción, las primeras casas prefabricadas fue traída a Venezuela, por nosotros. También tuvimos una empresa náutica. Creamos otra empresa Inversiones SEMEZE C.A, que era la mano derecha de CAVIM, donde distribuíamos todos sus materiales de armamento.
Desde el año 85 al 89 estuvo a mi cargo el Restaurante Majestic, con el reconocido chef francés de Normandía, Pierre Blanchard.
El año 1996, fue el año más triste para mí, porque murió mi padre. El padecía de insuficiencia renal, y estuvo en diálisis por seis años. Como sentí de cerca el dolor y las angustias que sufre un paciente renal. En honor a mi padre cree la Fundación Luis Cámpoli, para ayudar a personas con problemas renales con enseres y medicinas.
Actualmente estoy dedicada a mi hogar y al cuidado de mi amada hija Penélope.
50 años después ¿Qué mensaje le podría enviar Miss Venezuela 1972, María Antonieta Campoli, al pueblo Venezolano?
Es tanto el amor y agradecimiento que le tengo a Venezuela, que me hubiera gustado ayudar más a nuestro país, a mi gente. La ayuda que realicé en su momento a las diferentes fundaciones, hospitales y escuelas lo hice con todo el amor posible. Pero siento que me faltó el apoyo del Gobierno de turno, para seguir realizado más e importante planes de asistencia en mayor alcance.
Son tantos los niños, ancianos, personas enfermas y hasta los anímales que necesitan una mano amiga. Que yo sigo con las esperanzas puestas en esas personas de buen corazón, al igual que en las instituciones que ayudan al prójimo para que entre todos unidos sigamos dando alegría y contenido a la vida.
A mis hermanos venezolanos que aún me quieren y recuerdan con cariño después de aquella noche tan linda de hace 50 años. A todos ustedes les dijo que aquí esta “La Campoli”, que si me necesitan para alguna campaña institucional o donde mi presencia sea requerida para generar ayuda, bienestar y alegría por favor no duden en llamarme, estoy a la orden y cuentan conmigo.
Gracias por tantas muestras de cariño y tenerme presente ya sea como un icono, mito o leyenda. Para mí, es un honor incalculable que ustedes me incluyan en la lista de las reinas venezolanas más destacadas de la historia del concurso Miss Venezuela. Gracias los quiero y por favor nunca permitan que otras personas limiten sus sueños, recuerden que ¡la vida es para vivirla, con amor, alegría y agradecimiento!
Por: Tony Hidalgo