Los tequeños, los más grandes entre los grandes

Los tequeños, los más grandes entre los grandes

Ya se trate de una reunión modesta o de una fiesta «a todo trapo», el invitado común y más esperados, es el tequeño. No importa que haya sido precedido por 35 pasapalos de la más variada procedencia, este venezolano (que ya ha trascendido las fronteras) no se deja pasar y es común que las personas se sirvan más de uno a la vez, en un acto de intemperancia no sólo comprensible sino también socialmente aceptable.

El tequeño ofrece la ventaja de que puede servirse a toda hora y en cualquier ocasión: acompañando unos tragos en una reunión o coctel, en una fiesta infantil, como entrada de una comida y hasta para desayuno en su versión gigante o «tequeñón». Son fáciles de comer y muy rápidos de preparar, pues se fríen en cuestión de minutos y pueden almacenarse congelados durante seis meses.

Al igual que en las fiestas, la presencia de los tequeños en el recetario venezolano , Con el paso del tiempo han surgido ligeras variaciones en cuanto al tipo de masa y el relleno empleados. Las versiones dulces, con chocolate o papelón, con dulce de guayaba, chocolate ,se han popularizado mientras que otras más exquisitas se ofrecen en distintos locales capitalinos, como los tequeños de masa philo rellenos con jamón serrano y los ultra chic de queso de cabra. Nadie puede resisitirse a comer varios tequeños, una de las grandes delicias de los fogones venezolanos.

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