Lienzos llenos de color y mucha paz , trazos gruesos, totalmente abstractos con toques de surrealismo, Sebastián Palomo Linares, el torero que marcó época desde su aparicíon en el mundo de los toros a finales de la década de los años sesenta. De orígenes muy humildes, siempre quiso ser torero y pintor, expresaba siempre sentirse muy identificado con su incursión en el mundo del arte plástico.
La última exposición mo pudo verla, quería acudir a su inaguración, pero la intervención quirúrgica extremadamente delicada a la que tuvo que someterse, se lo impidió.
Realmente una bella muestra, llena de brillo, de muchas luz y color, una exposición como definía el diestro a sus obras, llena de mucha energía positiva.
Falleció ayer y su desaparición física enluta no sOlo a sus hijos y demás familiares, ha causado gran pena entre el mundo del toreo y del arte.
Adios Palomo..Olé maestro !
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