“La Princesa Paca, la gran pasión de Rubén Darío”, por Rosa Villacastín y Manuel Francisco Reina

“La Princesa Paca, la gran pasión de Rubén Darío”, por Rosa Villacastín y Manuel Francisco Reina

El libro “La Princesa Paca, la gran pasión de Rubén Darío”, publicado recientemente por Plaza&Janés.

Una connovedora historia entre una muchacha de clase baja y el gran poeta Rubén Darío.

“Yo soy aquel que ayer no más decía
El verso azul y la canción profana,
En cuya noche un ruiseñor había
Que era alondra de luz por la mañana.”

Francisca Sánchez del Pozo, Paca, es una bella joven de veinticuatro años, es la mayor de la numerosa prole del Jardinero Real, Celestino Sánchez y de Juana del Pozo. En estos momentos está muy lejos de tomarse en serio la buenaventura de la vieja gitana Fuensanta quien le anunció que en breve caería a sus pies un príncipe, no de sangre real, pero sí admirado en todo el mundo. Ella y su familia viven pobremente en un cobertizo en los jardines de la Casa de Campo en los aledaños del Palacio Real, y así es muy difícil que un príncipe se fije en su humilde persona.

Paca ha nacido en Navalsauz, un pequeño pueblo de sesenta habitantes de la provincia de Ávila. Viendo la honradez de Celestino, el diputado Francisco Silvela le ofreció este trabajo en Madrid que él aceptó sin dudar. Ahora, pese a sus estrecheces viven con más desahogo y en mejores condiciones de salubridad.

Paca es analfabeta. A veces sueña con tener otros conocimientos, ha oído a mujeres nobles que pasean por los jardines reales criticar a Emilia Pardo Bazán, esa mujer que pretende ser considerada una intelectual como si fuese un hombre.

Cuando una tarde de Mayo apareció por los jardines reales Rubén Darío acompañado por Valle-Inclán, el augurio de la gitana Fuensanta se cumplió. Paca sintió, desde el primer momento que vio a su príncipe, que algo se removía en su interior. Sin embargo, estaba aún muy lejos de adivinar el gran cambio que su vida iba a sufrir tras enamorarse en ese instante del bello poeta. A ella, que no entendía de ninfas ni de seres mitológicos, sus palabras, su hablar dulce y musical se le hicieron imprescindibles.

“Rubén era un analista político perspicaz, cosa habitual en los poetas que trabajan con las emociones, pues percibía no solo los actos, sino la sensible e inapreciable intención con la que las palabras y los actos se ejecutaban. Tal vez por esa razón concreta muchos poetas y escritores en general eran codiciados como articulistas políticos en los más importantes diarios. Una vez, Rubén había recibido algunas palabras gruesas de los embajadores estadounidenses en una recepción. Estaban molestos con la toma de postura de Rubén Darío contra ellos y a favor de España en el conflicto de la guerra hispanoamericana. Parece ser que le afearon en público un artículo suyo cuando la pérdida de Cuba, unos meses antes de conocer a Paca, y que se lo llevaron para echárselo en cara delante de otras legaciones en un acto público. Él lo conservaba en su mesa de trabajo. Un día cogió aquel recorte de prensa y llegó a leérselo orgulloso a su compañera, como si la afrenta de los estadounidenses fuese una medalla que llevaba gustoso.”

“Paca conoció los cabarets, la absenta y las drogas de las que abusaban los intelectuales, su sufrimiento como mujer y las dificultades económicas.”

El libro de Rosa Villacastín y Manuel Francisco Reina no solo nos narra la intensa y dura historia de Francisca Sánchez del Pozo y Rubén Darío, sino que también es un reflejo de la época que les tocó vivir, tanto en lo político, social y cultural.

Es una historia de amor, superación y sufrimiento bien narrada. Es el testimonio de una época, con toda seguridad disfrutarás al leerla.

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