Manuel Cabré, el pintor magistral del Ávila

Manuel Cabré, el pintor magistral del Ávila

Importante paisajista venezolano, se le conoce como «el pintor del Ávila». Fueron sus padres, el escultor español Angel Cabré y Magriña y Concepción A. de Cabré. Llega a Caracas a los 6 años de edad, cursando sus primeras letras con un maestro de apellido Gil quien enseñaba en una escuelita ubicada entre las esquinas de Carmen y Bucare. Debido a limitaciones económicas de su familia, se vio en la obligación de abandonar sus estudios y conseguir un empleo en un puesto de venta en el mercado de San Jacinto. En 1904, se inscribe en la Academia de Bellas Artes y ya en 1908 obtiene su primera distinción académica con un cuadro de gran tamaño: Paisaje de la Sabana del Blanco. En 1909, participa en una huelga de estudiantes de la academia que protestaban en contra del sistema pedagógico imperante en el instituto. A partir de entonces, abandona la academia y empieza a trabajar en una marmolería situada frente a la plaza La República en el Paraíso.

En 1912, se incorpora al Círculo de Bellas Artes, una asociación gremial de artistas y escritores. Dos años después, participa con 5 cuadros en una exposición organizada por dicho círculo; uno de los cuales fue adquirido por el fotógrafo Domingo Lucca. En 1920 realiza su primera exposición personal, la cual le permitió recabar el suficiente dinero para viajar a París donde se inscribe en la Academia de La Grande Chaumiére. En 1930, regresa a Caracas para presentar una exposición con 26 obras de su etapa francesa en el club Central. A fines de ese mismo año, viaja de nuevo a París, pero en 1931 al morir su compañera Germaine, decide instalarse de manera definitiva en Caracas. En 1936, durante el mandato de Eleazar López Contreras, recibe el encargo de reformar la Academia de Bellas Artes, tarea que sin embargo es asumida por Antonio Edmundo Monsanto. A pesar de esto, en 1942, siendo presidente Isaías Medina Angarita, acepta la dirección del citado instituto ejerciendo el cargo hasta 1946. En 1951, recibió el Premio Nacional de Pintura.

AVILA DE CABRE

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