Para elaborar este vino tan de moda en las tabernas, especialmente en las del este de París, los hollejos de las uvas blancas deben dejarse en contacto con el mosto, como en la elaboración de los tintos. Durante esta maceración, el mosto adquiere un tono «anaranjado».
Es decir, vinos que no siguen el sistema de producción tradicional de los blancos, la extracción del mosto mediante un prensado de las uvas previamente despalilladas, sin pieles ni hollejos.
«Vinos blancos con alma de tinto»
Estos vinos naranja, además de su particular tono, comparten unas características organolépticas únicas. Se trata de vinos con estructura, tanicidad y riqueza de aromas y sabores, siendo normal al probarlos que se asemejen más a un tinto que un blanco.
Los Orange Wines son vinos con cuerpo, a veces minerales y con toques salinos, que presentan muy buena capacidad de envejecimiento.