Criada en una familia acomodada y pudiente de Nueva Jersey, Meryl Streep soñaba con triunfar como soprano en el mundo de la ópera. Con ese propósito se matriculó en el Yale School of Drama, donde estudió arte dramático, música y canto lírico. Fue entonces cuando se dejó seducir por el teatro abandonando definitivamente su sueño operístico. Una vez graduada inició su andadura profesional enrolada en la Theatre Repertory Company de Phoenix antes de debutar en la pequeña pantalla con la mítica miniserie Holocausto por la que conquistó un premio Emmy. Con esos antecedentes, la gran pantalla no tardó en rendirse a sus pies. Debutó en 1977 con Julia y un año después recibió su primera nominación al Oscar por El cazador. En 1979 se llevó la estatuilla gracias a su papel en Kramer contra Kramer afianzándose como la actriz más brillante de su generación. Los 80 fueron suyos gracias a La decisión de Sophie (su segundo Oscar), Memorias de África o Se acabó el pastel, entre otras. Convertida en una leyenda viviente del séptimo arte, Meryl continúa dejando huella (y coleccionando candidaturas al Oscar) a través de películas como La casa de los espíritus, Río salvaje, Los puentes de Madison, Las horas, El diablo se viste de Prada, Mamma Mia y La duda. En 2012, casi tres décadas después de su último premio, logra al fin su tercer Oscar (y su octavo Globo de Oro) gracias a La Dama de Hierro, para seguir coleccionando nuevos éxitos en años sucesivos gracias a Agosto, Into the Woods, Ricki, Deuda de honor, Sufragistas, Florence Foster Jenkins, Los archivos del Pentágono, Mamma Mia! Una y otra vez o El regreso de Mary Poppins, entre otras.
Fuente: guiadelocio.com
