Color en la moda masculina, por Alonso Pérez de Guzmán Muguerza

Color en la moda masculina, por Alonso Pérez de Guzmán Muguerza

En los últimos años, la moda masculina está experimentando un renacimiento del color. En las colecciones, han regresado los rojos, amarillos, verdes, púrpuras y muchos otros colores que habían desaparecido del guardarropa masculino por muchos años. ¡Enhorabuena!

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Si estudiamos la historia del vestir masculino veremos que el color siempre ha sido parte del mismo. Empezando en Roma y las púrpuras togas del senado, siguiendo en la dad Media y la importancia dada al color como una manifestación de la posición social y económica de los hombres que los usaban. Luego en el Renacimiento, con Enrique VIII como un gran ejemplo, no sólo del uso del color en la moda masculina, sino de pieles, y una enorme abundancia de importantísimas joyas, habiendo sido considerado en su juventud como el soberano mejor y más ricamente vestido de Europa.

06daf363964b2a61ca44ccdadff5089fPasamos al Barroco y Rococó, períodos en los que la corte francesa tuvo la total hegemonía en muchos temas, pero especialmente en los de moda: señores con pelucas, largas y de enormes rulos, posteriormente profusamente empolvadas, zapatos masculinos de tacones altos pintados en vibrante rojo, abundancia de brocados, sedas, encajes, en los colores más insólitos, y un enorme uso de finísimas pieles como protección contra el frío; siendo el gran Rey Sol el inventor de lo que se conoce en la actualidad como Alta Costura. En esta época nuestro género incluso usó y abusó del maquillaje, siendo considerado totalmente inapropiado, y penado, que un noble aparezca en la corte sin el mismo.

Entonces, ¿en qué momento la moda masculina se volvió aburrida y gris? Para responder a esta pregunta debemos referirnos a dos factores: el primero, una de las grandes “invenciones” del siglo XIX, la clase media. Con el advenimiento de la Revolución Industrial, apareció esta nueva clase social. Si bien la misma no tenía el dinero para vestirse de la manera en que la realeza y alta nobleza lo hacían, sí lo tenían en suficiente cantidad como para encomendar trajes de relativa calidad. Claro está que como el dinero no abundaba, estos miembros de la pequeña burguesía se decantaban por colores oscuros y “sobrios” que les permitían usar dichos trajes en muchas más funciones sociales.

El segundo factor, el advenimiento al trono del imperio más grande de la época de la reina Victoria, quien con su espíritu conservador y puritano, impuso este estilo no sólo a toda su corte, sino a gran parte de Europa y del mundo occidental.

Es verdad que muchos señores bien vestidos, especialmente entre las élites, mantuvieron el uso del color en sus vestuarios y lo usaron en chaquetas, abrigos, pantalones, pero sobre todo en complementos, como los guantes, las recientemente inventadas “cravattes”, los chalecos (extraordinarios son los chalecos de fantasía de la época); pero incluso ellos adoptaron el negro y blanco para la noche y los momentos más formales; indudablemente por la enorme elegancia de esta combinación y por el favoritismo que los uniformes siempre han tenido en el vestir masculino. Es también en esta época en que el corsé masculino se popularizó mucho ya que el ideal de la moda a la época era el del hombre con una cintura muy pequeña.

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Con el advenimiento del siglo veinte, las sociedades ya estaban claramente definidas en estos tres grupos sociales: altos, medios y bajos. La clase alta continuó usando el color, diciendo algunos, entre los cuales me cuento, que la moda masculina de este siglo tuvo su momento álgido en la década de los treinta, en la que los señores vestían con gran colorido. Durante la primavera y verano, especialmente, pero incluso en otoño e invierno, es en esta década en que era considerado muy elegante el uso de guantes y complementos en todos los colores, y los señores los llevaban en todos los tonos, incluyendo los violeta, lavanda y púrpura. Esta década dio origen a lo que en nuestros días se conoce como el estilo “preppy”, estilo de la élite estadounidense, tan de moda en la actualidad, y que se caracteriza por el uso de colores brillantes en los señores, rojos, amarillos, verdes, fucsias, y especialmente del rosa; en contrapunto con una clase media sumida en el conservadurismo y la monotonía.

En la década de los ochenta del siglo pasado, el estilo “preppy” se volvió muy popular en los EEUU y ciertos países europeos, no sólo entre la élite. Conocidos los ochenta como la década de la abundancia y riqueza, no es de asombrarse que haya sido así. Volvió a desaparecer del guardarropa de la mayoría del público masculino en los populistas noventa y en los inicios del siglo XXI. Sin embargo, nunca desapareció del guardarropa de los conocedores.

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Con el resurgimiento en los últimos años de la moda de los ochenta otra vez, y como viene ocurriendo hace décadas con la moda que incapaz de encontrar nuevos desafíos reinventa los de ayer, el uso del color se ha vuelto a imponer en el ropero masculino. Si a esto le añadimos también que en la actualidad los hombres, sin importar su condición social, se están liberando de ataduras, prejuicios y limitaciones del pasado, encontraremos otra explicación para este resurgimiento.

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Es así como en la actualidad la moda masculina ha vuelto a incluir, como ha sido mayormente en su historia de más de dos mil años, el uso de los colores. Celebro esto, y me alegro que una vez más el hombre se sienta libre de llevarlos de acuerdo a su gusto para expresarse como desee, porque al final, tendremos que darle la razón a Oscar Wilde, quien nos dijo: “sé tú mismo, el resto de los papeles ya están cogidos”.

Por: Alonso Pérez de Guzmán Muguerza

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