Para ser una persona refinada, hay que cultivarse.
El ser sencillo requiere una profunda disciplina interna.
Ser sencillo no significa ser vulgar; tampoco ser descuidado o pasar por alto la buena educación, los buenos modales y el buen gusto.
Puedes hacerte muy refinado, y seguir siendo una persona de enorme sencillez; precisamente en esa carácteristica se basa lo elegante y exquisito.
Pero ser sencillo es en realidad lo mas extraordinario, pues no resulta fácil serlo, ni suele ser lo que primero observamos en la gente distinguida.
El secreto de lo simple es muy sencillo, no intentemos extralimitarnos en lograrlo; simplemente seamos naturales, actuemos de la manera más natural posible, sin crecimientos vanos y necios, ni ínfulas de envanecimiento y faltos de naturalidad.
Ojo:
Nada más grato y lindo que la naturalidad.
La elegancia se asocia precisamente con los detalles que dejan ver quiénes son realmente las personas.
Nada forzado es de buen gusto, como no lo puede ser un zapato que nos quede pequeño o un traje tallas más grandes que la nuestra.
Todo tiene su justa medida, y es ahí, dónde estando totalmente a gusto y sin presiones que da el estiramiento afectado de muchas personas, encontraremos lo que debe y tiene que ser.
Nada artificial es hermoso, nunca serán elegantes solo por querer serlo.
En lo sencillo está la clase y sin poder evitarlo, siempre asoma y se deja ver.
by Norah Frías-Muñoz