La mantuana Tisana caraqueña, “chuchería colonial”, una maravilla que nos encanta !

La mantuana Tisana caraqueña, “chuchería colonial”, una maravilla que nos encanta !

Cóctel, ensalada de frutas con mucho líquido, emoliente o asopado, típico de la ciudad de los Techos Rojos.

La puedes saborear en cualquier puestico callejero de la capital de Venezuela.

La tisana se parece un poco a todos, pero no se adapta completamente a ninguna definición. Presente todo el año en la culinaria criolla, pasó de ser una exquisitez en meriendas de la “nobleza criolla”, a una delicia callejera

No se le considera un cóctel, pero tampoco una merienda. No es una ensalada, ni una macedonia, ni un asopado, ni gazpacho, ni reconstituyente, ni siquiera una bebida.

Hay registros de tisanas -que en nuestro caso se escribe con “s” y no con “z” -, desde los recetarios de la etapa colonial.

“Frutas criollas picadas diminutas: lechosa, cambur, naranja, durazno, mango, piña, guayaba y, si usted lo desea, fresas.

El guarapo de caña se mezcla con el jarabe de goma, si queda muy dulce se puede rebajar con un poco de agua helada, se le agregan la soda y la nuez moscada rallada y todas las frutas criollas picaditas.
Lo último que se debe picar es el cambur y agregarlo al final; si no, puede ponerse negro y es un mal efecto. Se refrigera y se sirve helada, no poniéndole el hielo dentro”.

En qué momento pasó de las sofisticadas mesas mantuanas, a los mercados y puestos de frutas, nadie lo sabe.

Cualquier vendedor callejero o de mercado, celosamente dejará al libre entender, que el secreto está en la presencia de la patilla, que “larga su juguito”, da color, consistencia y aroma, no lleva alcohol, pero sí granadina y un toque de limón.

Algunas bebidas de la actualidad presentan rasgos muy similares, como el caso de la sangría española y el fruit ponch norteamericano, que en Venezuela, rica en frutas delicidosas encontró su versión, y se hizo venezolana, siempre chic y refrescante.