La hechura de las hallacas, parte  del alma venezolana

La hechura de las hallacas, parte del alma venezolana

No sabemos en que parte de Venezuela nació la hallaca, muchos opinan que es caraqueña, por ser Caracas el centro más importante del país, surgen historias vagas, sín mayor base  en torno a como surgio ese plato que resume el alma del venezolano, no tiene religión, tampoco clase social, todos nos integramos en ese punto trascendente de nuestra identidad, nuestras venezolanísimas hallacas.

El venezolano siente sus hallacas, ya que ella es el punto culminante de nuestros fogones. la hallaca, en sus diferentes maneras de preparación, ya que varía según la región, no es lo mismo una hallaca andina, que una caraqueña , una central o llanera que la oriental, todas nuestras, divinas, incomparables, pero distintas, según  la zona de Venezuela donde fueron preparadas.

Pienso que la hallaca debión tener su origen en oriente, no por mis ancestros de esa región, más bien tomando en cuenta que Venezuela nació precisamente en la llamada Nueva Andalucía, y siendo como es un plato que viene de tan antaño, es de pensar que posiblemente fuera en Sucre o Anzoátegui donde viera la luz la reina de la gastronmia nuestra.

Quizá sea esa la razón por la cual su preparación está indisolublemente unida a la familia como tradición, en la que, en la fecha escogida y planeada, participan todos sus miembros aun los menores, que se van adiestrando apenas alcanzan la edad necesaria para hacer las labores más sencillas.

De esa manera, todos van adquiriendo pericia en cada paso de la elaboración de la hallaca tradicional.

 Es pericia y especialización que se convierte en una tradición familiar. Es todo preparado y planificado, ahí no se permite improvisar.
Es así como desde muy antiguo, se preparaban las familias para el proceso de hacer las esperadas hallacas decembrinas, o ayacas,voz indígena, como afirmó pudiera ser su nombre original , el Doctor José Rafael Lovera.
Las familias de cualquier parte del país, se reunían , entre cantos y música, comiendo pasitas, aceitunas y almendras, a  preparar el plato Rey de nuestras fiestas decembrinas.
Nunca se ha visto tan unida a la familia venezolana, como en torno a los mesones o mesas donde se preparan las hallacas, cada quien con su parte, unos las hojas, otros el guiso  muchos envolviendo y poniendo el pabilo otros.
Indudablemente esos momentos son inolvidables para la familia venezolana, recuerdos de otra época y llenos de nostalgia.
Venezuela huele a Hallaca y sabe a un mestizaje de olores y sabores,exquisitos, parte del alma del venezolano.

 

 

 

 

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