Recibiemiento
El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó junto a su esposa la Primera Dama, Melania Trump, el pasado miércoles al Castillo de Windsor, dando de esta manera inicio a lo que fue a una visita de estado de dos días a Reino Unido como invitado del Rey Charles III.

El helicóptero Marine One del presidente aterrizó en el Jardín Amurallado privado de la finca de Windsor.
Los Príncipes de Gales, William y Catherine recibieron al mandatario estadounidense y a su esposa, acompañándolos para ser recibidos por los Reyes Charles y Camila.
Donald Trump expresó a su llegada a Londres el martes por la noche que «le encantaba estar de vuelta en el Reino Unido», señalando lo como un ‘lugar muy especial’
Al preguntarsele si tenía un mensaje para el Rey Charles, dijo que el rey era un amigo de mucho tiempo y muy respetado.
Cena de gala
Cómo toda visita oficial, el protocolo demanda un banquete real.
Para la ocasión, Kate Middleton se decantó por un vestido firma de la diseñadora británica Philippa Lepley. Un diseño en color champagne confeccionado en crepé de seda, acompañado de un abrigo largo elaborado en encaje de chantilly dorado y bordado a mano.
Además, la princesa lució la tiara conocida como Lover’s Knot o, en español, tiara del nudo de los enamorados. Se trata de una joya diseñada en 1913 por la casa Garrard por encargo de la reina María de Teck, abuela de Elizabeth II.
En 1981, la Reina Elizabeth se la regaló a Diana de Gales con motivo de su boda.
Por su parte, Melania Trump arriesgó con un vestido amarillo de la afamadísima firma de la casa de modas venezolana con sede en New York, Carolina Herrera que dejaba por completo sus hombros al aire. Confeccionado en crepé y coronado por un cinturón ancho de seda en color lila, unos zapatos de tacón en terciopelo también en lila a juego con su cinturón del diseñador, Manolo Blahnik, sellando el look con unos aros (zarcillos) de aguamarina.



Kate & Melania
Las protagonistas de esta ocasión se sumaron a las actividades al aire libre de los pequeños excursionistas. Rodeados de naturaleza, y siguiendo una rutina educativa que concluyó con un simpático juego ondeando una gran lona llena de pelotas. Todo con la mayor cordialidad entre la Princesa de Gales y la Primera Dama de Estados Unidos.



