La casa en el 33 Sham Hath Marg, del distrito Civil Lines de Delhi, estuvo desocupada durante muchos años por su fanstasmagórica reputación.
Es una mansión de 55.000 metros cuadrados en una zona exclusiva de Delhi, capital de India, avaluada en millones de dólares.
Rodeada jardines podrían «acomodar un partido de fútbol», dominada en su interior por una imponente escalera de caracol recién restaurada. Y aún así, sólo un valiente se atrevería a ocuparla. O un tonto.
Y es que se cree que la casa está embrujada.
Haciendo caso omiso de la superstición, la casa se convirtió en el cuartel general de la unidad de política de planeación gubernamental de India.
¿Qué riesgo corre al hacerlo?
La amplia mansión de dos pisos, tres dormitorios, sala de estar, comedor, salones de conferencia, una estancia para la guardia y diez cuartos para el servicio y empleados, se encuentra en el 33 Sham Nath Marg, en la arbolada zona Civil Lines de la ciudad.
La mansión cuenta con 10 cuartos para el servicio y empleados.
Civil Lines fue urbanizada por los gobernantes colonizadores británicos para alojar a oficiales de alto rango y los antiguos residentes de la zona recuerdan que la casa se construyó en los 1920.
Después de la independencia de India, se consideró que era el sitio con mejor ubicación para el jefe de gobierno de Delhi, ya que se encontraba a menos de 100 metros del edificio legislativo Vidhan Sabha.
El primer jefe de gobierno de la ciudad, Chaudhary Brahma Prakash, hizo su hogar allí en 1952. En los años 1990 también fue la residencia de otro jefe de gobierno.
Pero ambos perdieron sus cargos prematuramente y la casa empezó a considerarse de mala suerte.
El jefe de gobierno en los 90, Madan Lal Khurana, tuvo que renunciar a su cargo prematuramente.
El ministro de gobierno Deep Chand Bandhu murió de meningitis.
«No había quién ocupara la casa después de que Khurana perdiera el cargo.
Empezaron los rumores que la casa estaba embrujada y otros jefes de gobierno de Delhi como Sahib Singh Verma y Sheila Dikshit rehusaron vivir en ella», explica el periodista Sujay Mehdudia, que cubrió la asamblea de Delhi para el diario The Hindu a finales de los 80 y 90.
De pronto, en 2003, un ministro del gobierno de la capital se fue a vivir a la casa a pesar de las objeciones de sus asesores y adeptos.
«Dijo que no creía en supersticiones y se mudó a la casa. Pero, muy pronto, cayó enfermo. Había contraído meningitis y murió en el hospital», dijo Mehdudia.
A estas alturas, cuando hablamos de una India digital y estamos enviando satélites al espacio, pensé que había que poner fin a este mal agüero»
La tragedia reforzó la creencia que la casa tenía algún tipo de maldición y se mantuvo vacía durante los siguientes 10 años. Ministros y burócratas rehusaron quedarse allí.
En 2013, el alto funcionario Shakti Sinha decidió ocuparla y, aunque disfrutó su estancia, muchos señalan que él tampoco logró completar su período en el cargo.
Sin embargo, la casa tiene ahora nuevos inquilinos. En junio pasado se convirtió en la nueva sede de la Comisión de Diálogo de Delhi, creada por el jefe Ashish Khetan, vicepresidente de la Comisión de Diálogo de Delhi, es el nuevo inquilino del 33 Sham Nath Marg.
Ashish Khetan, el vicepresidente de la comisión, desestima los informes que la casa está embrujada y asegura que él mismo activamente buscó el lugar.
«Me enteré de esta inmensa propiedad de dominio público que no había sido tocada por políticos ni burócratas porque creían que era de mal agüero», le expresa Khetan a la BBC.
«A estas alturas, cuando hablamos de una India digital y estamos enviando satélites al espacio, pensé que había que poner fin a este mal agüero».
No tuvo problemas para que el gobierno le adjudicara la residencia, ya que «no había quién la tomara».
El asistente de Khetan, Devendra Singh, dice que cuando entraron por primera vez en la casa, «los dormitorios estaban llenos de camas y muebles rotos».
La escalera en caracol de la casa ha sido restaurada.
Pero, poco después la casa se limpió, se pintó, se colgaron cortinas en las ventanas, se le sacó brillo al mármol blanco de la escalera en caracol, el salón de conferencias tiene muebles nuevos y se está empezando el trabajo para restaurar la fuente.
Y los dormitorios, ahora convertidos en oficinas, son un centro de actividad donde un plantel de unos 30 empleados y pasantes se encuentran ocupados en su trabajo.
«Todos se deben comprometer a desterrar la superstición y promover un temperamento científico. Es una situación triste cuando personas educadas promueven la magia negra y la fe ciega», recalcó Khetan.
«Si encuentro fantasmas en la casa, los pondré a trabajar», afirma Khetan.
Sin embargo, ¿se ha tropezado con fantasmas desde que ocupó su nueva oficina?
«No, pero tampoco estamos buscando fantasmas. Y si los encontramos, los pondré a trabajar. Estamos cortos de personal», afirma.
Tomado de Internet