Iris Apfel fue una de las personalidades más excéntricas y únicas que pudo cambiar el siglo pasado. Su partida deja duelo en el mundo de la moda.
Una de las más interesantes íconos fashion, a sus 102 años marcó tendencias en New York por décadas.
Será reconocida por siempre por su increíble estilo único y las tendencia que implantó en New York. Leyenda en el mundo de la moda, cuando se sentaba en primera fila de las pasarelas internacionales, pasaba a ser una de las estrellas de cualquier evento.
Contaba desenfadada, que un día el gerente de un almacén le dijo “no eres linda y jamás lo serás”. Ella tampoco creía que sea bella pero no le importaba. Para ella, el tener estilo es lo que de verdad tiene importancia, esta gurú de la moda compraba la mayoría de sus accesorios en Mercados de Pulgas, donde consiguió sus característicos enormes anteojos, que la caracterizaron hasta el día que murió.
Dedicaba su tiempo a sus libros de vestuario excéntricos y exposiciones. Su estilo se componía de piezas de diseño que se unían con macro accesorios de un toque étnico, collares de colores y pulseras XXL.
Reconocida como poseedora de un estilo “fuera de serie” ella lo vía como un aspecto muy pequeño de su vida. “Yo amo la ropa, pero difícilmente es una manía para mí”.
Su enfoque del vestir se basó en incorporar piezas de alto y bajo costo, étnicas y vintage a las que logra fusionar con tendencias contemporáneas. “No hay que gastar mucho dinero para ser elegante, solo saber que cosas poner en conjunto”, “el precio nada tiene que ver con el estilo, no pago mas de quince dólares por un par de jeans”.
Nieta de un sastre ruso, crecida en Queens, su papá fue un excéntrico decorador y su madre una devota seguidora de la moda de quien heredó la pasión por ella, ambos fueron de gran influencia en su gusto y temperamento. “Mi mamá adorada los accesorios, siempre decía, ‘si posees un simple y bonito vestido negro y tienes diferentes accesorios, puedes tener mas de 27 trajes distintos’.
Estudió historia del arte en la Universidad de Nueva York, y asistió a la Universidad de Wisconsin. Realizó editoriales para Women’s Wear Daily,de diseño de interiores para distintas mujeres de la aristocracia y hoteles tan chic , como el Hotel Plaza.
En 1948, se casó con Carl Apfel con quien estuvo más de sesenta años de casados.
Se involucró con varios proyectos de restauración,alguno de fue el de trabajar en la Casa Blanca para nueve presidentes: Truman, Eisenhower, Nixon, Kennedy, Johnson, Carter, Reagan y Clinton.
No podemos definirla como coleccionista de arte, de hecho, se negaba a llamarse coleccionista de algo aunque sus poco ortodoxas composiciones de ropa han recorrido el mundo.“No tengo reglas”, admitía cuando le preguntaban sobre su estilo.
Desde la REVISTA TODO LO CHIC nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos DEP.