Quien más, quien menos, en algún momento de nuestra vida queremos saber de dónde venimos, dónde se hunden nuestras raíces, quienes son nuestros antepasados… Por eso, quizá muchos hayan querido hacer su propio árbol genealógico, pero no hayan sabido por dónde empezar. Eso sí,lo que hay que tener claro antes de comenzar a hacer nuestro árbol familiar es que no es necesario ser historiador, ni experto, ni tener muchas tablas. A continuación te mostramos algunos detalles que debes tener en cuenta y algunos consejos para tener éxito en la búsqueda de tus raíces:
1. Información de antepasados posteriores a 1900
Lo primero que necesitamos para empezar a hacer nuestro árbol genealógico, obviamente, es recoger los datos de nuestra familia, es decir, hacer nuestra propia investigación genealógica (apellidos, nombres, fechas orientativas de nacimiento…) y recabar los documentos básicos de nuestros antepasados más cercanos (posteriores a 1900, aproximadamente) como padres, abuelos, bisabuelos… En caso de no disponer de estos datos, se pueden conseguir a través de certificados de nacimiento, de matrimonio y de defunción en los registros civiles. Con esos datos vamos realizando una búsqueda en cascada. Eso sí, la documentación de los registros civiles es bastante moderna y no permite investigar más allá de tres o cuatro generaciones.
2. Información de antepasados anteriores a 1900
El único sitio donde se recogen este tipo de datos es en la Iglesia, en los archivos diocesanos. Antiguamente no se hacía para llevar un recuento de la gente, sino para conocer a los feligreses, saber sobre quién aplicar los sacramentos y cómo actuar pastoralmente. Gracias a esto, hoy día tenemos un registro de los bautismos, matrimonios y defunciones de aquella época anterior a los registros civiles.
Así pues, con las fechas orientativas del nacimiento de nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos…. (anteriores a 1900), buscaremos en un sacramento u otro: bautismo, confirmación, matrimonio o defunción (en función del sacramento escogido, necesitaremos unos datos específicos). En la mayoría tenemos que buscar por nombre, apellido, así como una fecha concreta o un intervalo de fechas que no exceda un máximo de 20 años.
Tras el resultado, aparecerán los datos de sus antepasados, y con esos datos iremos realizando nuestra búsqueda en cascada, pudiendo llegar hasta el siglo XVI.
3. Consultas en archivos: online o presencial
La búsqueda de nuestros antepasados anteriores a 1900 se puede realizar bien online a través de Internet o bien de manera presencial en los lugares especializados.
Como usuario presencial acércate a los archivos diocesanos y pregunta cómo puedes buscar a tu familia. Allí, el personal del archivo te asesorará facilitándote datos sobre fondos, historia diocesana,…etc. Además, podrá consultar los instrumentos de descripción disponibles en sala y en red, así como, la documentación microfilmada y digitalizada, y solicitar servicios de reprografía.
Como usuario virtual, tú mismo puedes consultar los catálogos y registros sacramentales.
4. Problemas y ayudas en la búsqueda
Hay que tener en cuenta que por la razón que sea (incendios, la Guerra Civil, extravíos, robos…), puede ocurrir que algún libro sacramental se haya perdido en alguna parroquia y que no podamos acceder a esos datos. En ese caso se interrumpe el proceso.
