Julio Cortazar y su dominio del relato

Escritor argentino, Julio Cortázar fue uno de los grandes autores en castellano del siglo XX, siendo especialmente recordado por su maestría del lenguaje y su dominio del relato, siempre en el borde entre lo fantástico y lo real.

Julio Cortazar, el inolvidable escritor nació en Bélgica el 26 de agosto de 1914.

Su padre trabajaba para la embajada argentina en aquel país, Cortázar creció en Argentina y estudió Letras y luego Filosofía en la Universidad de Buenos Aires.

Considerado uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, fue maestro del cuento, la prosa poética y la narración breve en general y fue también creador de importantes novelas las cuales inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, pues rompieron los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el realismo mágico e incluso con el surrealismo. Es considerado exponente central del boom latinoamericano junto a escritores como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa.

Memoria y luz de Julio Cortazar

Algunas frases de Julio Cortazar

«La risa ella sola ha cavado más túneles útiles que todas las lágrimas de la tierra.»

«Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.»

«Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.»

«Me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado.»

«La cultura es el ejercicio profundo de la identidad».

«Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma» .

«Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo.»

«Cada vez sospecho más que estar de acuerdo es la peor de las ilusiones.»

«La humanidad empezará verdaderamente a merecer su nombre el día en que haya cesado la explotación del hombre por el hombre.»

«Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose» .