La mezcla de la fresca fresa, su dulzor con un punto de acidez y su sensual forma se convierte, junto a las burbujas del champagne, en un aliado perfecto para el broche a nuestra cena chic.
La próxima vez que quieras preparar un detalle chic, prueba ir con un clásico: las fresas y champagne.
Lo más sencillo, pero no por ello deja de ser encantador, es presentar una bandeja con fresas limpias y escogidas (las más rojas y dulces), junto a una botella de champagne y las copas.
También puede hacerse un delicado coctel sirviendo las copas y completando con fresas troceadas, o si sequiere algo más elaborado, preparar un postre de champagne y fresas mezclando la pulpa de la fruta con el espumoso, hielo frapé, un chorrito de limón y azúcar impalpable al gusto. Sírvelo en bellas copas de postre y sorpréndete con la irresistible unión de burbujas y el intenso sabor frutal.